domingo, 23 de mayo de 2010

CAPITULO II MARCO TEÓRICO

CAPITULO II MARCO TEÓRICO

2.1 Marco teórico

2.1.1 Educación Informal

Se considera educación informal todo conocimiento libre y espontáneamente adquirido, proveniente de personas, entidades, medios masivos de comunicación, medios impresos, tradiciones, costumbres, comportamientos sociales y otros no estructurados.


2.1.2 Los ambientes de aprendizaje

Durante este siglo hemos aprendido más sobre la dinámica del desarrollo humano en sus etapas tempranas que en todos los siglos anteriores. Aunque tenemos grandes dificultades para poner en práctica ese aprendizaje, los resultados de numerosas intervenciones sociales y de programas de demostración sugieren que, en muchas comunidades e instituciones de todo el mundo, existen el capital social y el conocimiento científico necesarios para mejorar las prácticas de salud, los resultados de la educación y las posibilidades de trabajo y participación de las nuevas generaciones.

Compete a las políticas públicas de una nación crear unas condiciones favorables para el fortalecimiento de los diferentes microambientes en que se desarrolla la vida de los niños y de los jóvenes. Estos microambientes, constituidos por la familia, la comunidad, la escuela, los parques, los grupos y asociaciones juveniles, los centros de cuidado infantil, los centros de salud, etc., tienen un enorme potencial para favorecer la competencia individual y colectiva para el aprendizaje.

Pero es responsabilidad de todos los individuos y de las colectividades participar en esa empresa. Los vecindarios, las organizaciones religiosas, las empresas y negocios, los clubes de servicio, las organizaciones voluntarias y los medios de comunicación, son fuentes primarias de estimulación y motivación para el aprendizaje. Este proceso de aprendizaje múltiple y constante no puede concebirse como resultado exclusivo de la acción de los gobiernos a través de las escuelas públicas. Está de por sí descentralizado.

2.1.3 El ambiente de la familia y el aprendizaje

Numerosos estudios e intervenciones sociales han demostrado que no sólo el crecimiento físico de los niños preescolares depende en gran parte del cuidado familiar, sino también su desarrollo mental y social. Las primeras investigaciones realizadas al respecto detectaron una serie de factores, característicos del medio ambiente familiar, asociados a la futura adaptación y desempeño del niño en otros ambientes sociales. Entre los antecedentes familiares y variables de status identificados en diversos países se destacan: 1) las condiciones nutricionales del niño y de la madre; 2) las facilidades y servicios de salud; 3) el medio ambiente físico; y 4) la configuración de la familia y su nivel socioeconómico .

Análisis posteriores han abierto nuevas esperanzas y posibilidades de afectar la capacidad de aprendizaje a edades tempranas dentro del marco de la vida familiar. Existen, en efecto, algunas características del medio ambiente familiar que poseen una gran potencialidad, por su naturaleza dinámica, para apoyar al niño en su transición a un ambiente formal y diferente como es el de la escuela. Estos factores son:

- El tipo y calidad de la estimulación perceptiva, psicológica y social proporcionada a los niños.

- Las actividades que promueven diversos intereses fuera y dentro de la familia.

- Las experiencias de interacción con el medio ambiente físico que estimulan y facilitan el desarrollo de estructuras de pensamiento.

- La calidad de la interacción entre los miembros de la familia.

- Las estrategias educativas utilizadas en el hogar (juegos educativos, películas, paseos, etc.).

- Las expectativas de los padres respecto a la educación de sus hijos.

- El afecto y apoyo emocional constante.

Es decir, que lo importante en términos del desarrollo de la capacidad de aprendizaje en el niño no parece ser lo que es la familia, sino lo que ella hace y la forma como se relaciona con su medio.



2.1. ANTECENDENTES DE LA INVESTIGACIÓN

2.2.1 Estudio realizado por el Centro de Referencia Latinoamericano para la Educación Preescolar

TITULO


Los efectos de la televisión

Mientras que los analistas conductuales aplicados han dedicado grandes esfuerzos para evaluar el impacto de diferentes eventos físicos, situacionales, sociales, interpersonales y culturales sobre los patrones de comportamiento de las personas, el estudio del impacto de los medios masivos de comunicación ha sido virtualmente ignorado (Laitinen & Rakos, 1997). Una razón para este hecho se relaciona con la gran dificultad que representa el rastrear los efectos de los medios, dado que estos no son directos. Los cambios en los patrones de las audiencias no se relacionan con variables específicas de la comunicación; las asociaciones no son simples y el control del comportamiento se difunde entre múltiples variables. Esto no minimiza el poder social de los medios, su capacidad para modelar patrones de comportamiento: los medios masivos de comunicación son una de las fuentes de socialización más potentes en las culturas modernas. Permiten la demostración de modelos de comportamiento, mantienen patrones de conducta adaptativos o desadaptativos, están relacionados con el desarrollo de las culturas en diversos sentidos y forman una parte fundamental del conjunto de principios, valores, creencias y reglas de una sociedad. El gran interrogante que se plantea es con respecto al tipo de prácticas culturales que describen los medios masivos de comunicación y cuál es su impacto en la adquisición y mantenimiento de formas de conducta en la población.

El problema de la violencia juvenil afecta la calidad de vida de muchas personas en la sociedad, especialmente de los grupos más vulnerables. Lowey y Mattaini (1999) afirman que la prevención de la violencia ha sido el foco principal de la investigación en los últimos años y se han observado incrementos en la atención y la financiación en relación con estos temas desde 1990 con enfoques diferentes desde diversos niveles gubernamentales y privados en Estados Unidos. Los datos arrojados por la ciencia conductual suministran una guía considerable al momento de seleccionar aproximaciones que tengan mayor probabilidad de éxito que otras posibles intervenciones en esta área. Aquellas aproximaciones simplistas que promueven principalmente la autosuperación y el uso de talleres para aprender a convivir sin violencia, han demostrado no ser adecuadas dadas las condiciones contextuales y los eventos en los cuales se ven involucrados los adolescentes, particularmente en aquellas situaciones en las que ellos no encuentran otras formas para influenciar su ambiente y la violencia les ofrece poder. El problema de la violencia entre la juventud en general es consistente con un contexto sociocultural que está de muchas maneras organizado alrededor del poder coercitivo, incluyendo amenazas, fuerza y violencia (Lowery & Mattaini, 1999), los cuales actúan como factores de mantenimiento dado que permiten el acceso a múltiples fuentes de refuerzo social, económico, sexual, etc.

Estudiar los efectos de la televisión desde la perspectiva de las prácticas culturales es fundamental, dado que en Colombia existen numerosos factores de riesgo para las audiencias, entre los que se encuentran la ausencia de sustitutos de entretenimiento y recreación así como la vulnerabilidad para el aprendizaje de la conducta agresiva, proveniente de un medio escolar y familiar en la mayoría de los casos violentos, los cuales son incapaces de frenar el efecto de la exposición ante contenidos antisociales. Dos millones de niños y niñas son maltratados al año en sus hogares en Colombia, 361 niños y niñas de cada 1.000 sufren de algún tipo de maltrato. Sin duda alguna muchos de los niños colombianos deben vivir o ver continuamente el maltrato. Estas afirmaciones están sustentadas en las estadísticas planteadas por UNICEF Colombia en el Informe sobre la niñez del 2002 y el 2003 y el Informe sobre el estado de la niñez en el mundo para el año 2005. En la década de los 90 las infracciones a la ley penal por parte de adolescentes, niños y niñas se incrementaron, adquiriendo mayor complejidad. Los reportes de los juzgados informan que los principales delitos cometidos por adolescentes son acciones contra el patrimonio económico como hurto calificado, estafa, fraude y extorsión. El ICBF reporta que en el 2000 el 37% de los 20.000 menores de edad vinculados a procesos penales estaban privados de la libertad sin tener definida su situación jurídica. Este índice se relaciona con la fuerte presencia de organizaciones de delincuentes administradas por adultos que reclutan muchos niños aprovechando la desprotección de ellos, la violencia familiar y la falta de oportunidades.

Esta es una sociedad violenta y los niños son víctimas directas de esto. Con este panorama, no se puede descartar el riesgo que representa el manejo inadecuado de los contenidos presentados a los niños y jóvenes en los medios de comunicación, en contraste con el papel proactivo que deberían tener, si se exponen contenidos enriquecidos con comportamientos prosociales y contextos basados en la resolución de conflictos que fortalezcan las prácticas de convivencia, tolerancia y construcción de la paz. A partir de esta hipótesis, en el año 2003, como parte del programa de investigaciones académicas sobre televisión de la Comisión Nacional de Televisión (CNTV), la autora de este artículo realizó una serie de estudios sobre la exposición a escenas violentas y su relación con el comportamiento de las audiencias juveniles. Se llevaron a cabo tres estudios con el objetivo de identificar las prácticas culturales que los programas de mayor audiencia adolescente de la televisión colombiana modelaban, para establecer la preferencia, actitudes y opiniones de los adolescentes frente a esos contenidos y géneros de la televisión y probar un modelo multicomponente de diseño cultural en términos de sus efectos sobre la conducta prosocial y antisocial en adolescentes. En el Estudio 1, se desarrolló una observación de los cuatro programas de televisión con mayor audiencia adolescente y se realizó un análisis funcional de sus contenidos. Los resultados confirman que en los cuatro programas se presenta una mayor proporción de actos antisociales en comparación con los actos prosociales, en donde, además, más de la mitad de las veces los actos antisociales son premiados y aproximadamente la tercera parte de los actos prosociales son castigados.

2.2.2. Variables relacionadas con el rendimiento.

2.2.2.1. Variables personales.

Esto se debe a la clase de programas que ven y a los amigos que te rodean, los cuales influencian en el comportamiento del individuo para con los demás, y su rendimiento académico

2.2.2.2. Variables familiares.

La familia juega un papel muy importante en el rendimiento académico de los estudiantes ya que en algunos casos dejan solos a los niños por largo tiempo sin tomar el control de las actividades realizadas y por ende el comportamiento que asume el núcleo familiar, como es muy frecuente escuchar y en algunos casos presenciar el maltrato físico, verbal, lo cual trae consigo traumas que afectan el rendimiento académico


2.2.2.3. Variables académicas.

Las instituciones académicas no están enfatizando en la pedagogía tradicional, sino en conceptos nuevos pero poco eficaces para el mejor aprendizaje del estudiante, teniendo en cuenta que muchos niños tienen facilidad para aprender mientras que otros tienen un grado de dificulta para desarrollar sus habilidades.